miércoles, 1 de diciembre de 2010

EN EL SALON

 La gente se movía nerviosa . El avión estaba por partir : era el vuelo 111 con destino a Barcelona. Vos estabas inmutable. Una voz anónima  había anunciado   a los pasajeros que se dirigieran a la puerta nueve para  embarcarse ; pero vos , indiferente , no te moviste  de tu lugar.  Las luces iluminaban las facciones nerviosas de  los pasajeros. . Sólo vos seguías sin moverte de tu rincòn. De pronto ,  la  mujer del   abrigo blanco  y botas de charol negras , se te  acercó, te pegó la etiqueta  con su nombre  y te  arrastró sin piedad hasta la puerta de embarque.

1 comentario:

  1. Qué sensación conocida, la de desconocidos que (creen que) conocen tus intenciones y te arrastran a conocidas rutinas...

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